La compra de Warner Bros. Discovery por Netflix reconfigura el mapa del streaming mundial y enfrenta al nuevo gigante con sindicatos, cines y figuras clave de Hollywood.
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La posible compra de Warner Bros. Discovery por parte de Netflix, valorada en 72 mil millones de dólares, sacudió a Hollywood.
La operación, aún sujeta a la aprobación de reguladores, marcaría un antes y un después para la industria del entretenimiento.
Con este acuerdo, Netflix controlaría marcas icónicas como HBO, HBO Max, DC Studios y sagas como Harry Potter.
También sumaría clásicos de catálogo, desde Casablanca hasta The Sopranos, reforzando un archivo sin precedentes.
Así, el gigante del streaming pasaría de ser competidor incómodo a coloso dominante del negocio audiovisual.
Sin embargo, sindicatos de guionistas, productores y directores advirtieron riesgos para el empleo y la diversidad de contenidos.
El Writers Guild of America acusó que un jugador tan grande podría imponer condiciones más duras a los trabajadores creativos.
Además, dueños de salas de cine temen que la prioridad de Netflix siga siendo el estreno en plataforma y no la sala.
Temen que se recorten ventanas teatrales, amenazando la viabilidad de muchas pantallas.
Para ellos, el acuerdo podría acelerar el declive de la experiencia cinematográfica tradicional.
En paralelo, figuras de peso en la industria levantaron la voz.
La actriz Jane Fonda calificó la consolidación como un peligro para la democracia y para un ecosistema mediático libre.
También en Washington crecen las dudas.
Legisladores demócratas y republicanos pidieron un escrutinio antimonopolio estricto, preocupados por el poder que concentraría Netflix sobre historias e información.
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No obstante, los directivos de ambas compañías defienden la fusión como una apuesta por la escala y la eficiencia.
El CEO de Warner Bros. Discovery, David Zaslav, aseguró que la alianza garantizará que sus historias sigan viajando por generaciones.
Por su parte, Ted Sarandos prometió mantener los estrenos previstos en cines y presentó el trato como una forma de invertir más en producción.
Según el ejecutivo, los usuarios se beneficiarían con catálogos amplios, ofertas de suscripción y inversión en contenidos locales.
Aun así, el desenlace dependerá de los reguladores federales.
Si aprueban la operación, Netflix se consolidará como el nuevo Goliat del streaming.
Si la bloquean, quedará claro que el límite al poder de las plataformas digitales sigue plenamente vigente.
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