Los Detroit Lions impusieron fuerza y estrategia para derrotar 38-30 a los Baltimore Ravens en el Monday Night Football. Hubo 224 yardas terrestres y 7 capturas a Lamar Jackson.
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En Monday Night Football, los Detroit Lions vencieron 38-30 a Baltimore Ravens en M&T Bank Stadium, con cierre contundente en Semana 3.
Además, el plan de Dan Campbell funcionó: ataque terrestre dominante, series largas y defensiva agresiva que asfixió a Lamar Jackson durante los cuatro cuartos.
Detroit armó series de 98 y 96 yardas; la primera acabó con David Montgomery, la segunda fue coronada por Jahmyr Gibbs en cuarta y gol.
Sin embargo, Baltimore pegó primero en la segunda mitad: Lamar Jackson conectó con Mark Andrews y volteó momentáneamente el marcador ante una tribuna eufórica.
Después, Jared Goff respondió con pase a Amon-Ra St. Brown y la balanza volvió al equilibrio, preparando el terreno para un último cuarto frenético.
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Luego, Gibbs abrió la puerta del triunfo con su segundo touchdown; su explosividad castigó los huecos y obligó a los Ravens a perseguir el juego.
Por su parte, Montgomery remató con 151 yardas y otra anotación larga; junto a Gibbs, Detroit acumuló 224 yardas y el equipo sumó cinco touchdowns.
No obstante, la jugada bisagra fue un balón suelto de Derrick Henry; Detroit capitalizó con gol de campo de Jake Bates.
Además, Jake Bates acertó gol campo de 45 yardas; ese colchón forzó a Baltimore a pelear contra el reloj.
Así, la defensa de Lions dictó condiciones con siete capturas a Jackson; Aidan Hutchinson y Al-Quadin Muhammad lideraron una presión implacable toda la noche.
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En cambio, Baltimore encontró réditos por aire: Jackson lanzó tres touchdowns, dos con Andrews y otro con Rashod Bateman.
Finalmente, Montgomery selló la victoria con escapada de 31 yardas; el intento de patada corta posterior fue controlado y el reloj se consumió sin sobresaltos.
Con el resultado, Detroit mejoró a 2-1 y se mantiene en la pelea del NFC North; Baltimore quedó 1-2 dentro de una exigente AFC North.
De inicio, la propuesta de Lions fue física y eficiente: cero entregas y excelente ejecución en terceras oportunidades, vital para administrar el tiempo de posesión.
En resumen, victoria de manual para Detroit: identidad clara, juego terrestre demoledor y defensa oportunista; mensaje ruidoso para la conferencia en pleno septiembre.
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