La captura de Hernán Bermúdez, el ángulo del huachicol fiscal y la mini rebelión en el Senado mueven las placas de Morena alrededor de Adán Augusto López.
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En Morena, Adán Augusto López dejó de ser intocable.
La detención de Hernán Bermúdez y su traslado al Altiplano tensaron el tablero político.
Además, el golpe alcanzó al Senado y agitó a la bancada.
Sin embargo, Claudia Sheinbaum reiteró que, por ahora, no hay nada que lo incrimine.
Aun así, el caso La Barredora mantiene focos rojos en Palacio.
Por ello, la narrativa cambió y el cierre de filas se probó.
Guacamaya Leaks y reportes castrenses ubican a Bermúdez como operador del grupo.
Asimismo, fue expulsado de Paraguay y recluido en México.
Mientras tanto, el senador intenta blindarse políticamente.
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Además, surgió otro flanco: el huachicol fiscal en puertos.
Investigaciones de MCCI señalan al empresario Saúl Vera y al muelle 289 de Tampico como nodo logístico.
Por su parte, Adán Augusto negó vínculos y ofreció colaborar.
En paralelo, estalló una mini rebelión en la bancada.
Trece morenistas exigieron transparencia sobre subvenciones por 338 millones 297 mil pesos.
Asimismo, avalaron voto libre y secreto para decisiones internas.
Así, el “dedazo” en Energía se frenó y Beatriz Robles asumió la presidencia.
A la vez, la oposición olió sangre y subió el tono.
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Hubo exigencias para que pida licencia y se ponga a disposición de autoridades.
Incluso, se promovió un juicio político para retirar el fuero y abrir indagatorias.
No obstante, el morenista conserva mayoría aliada y margen de maniobra.
Con todo, la presión interna y externa complica sus tiempos y decisiones.
En síntesis: Adán Augusto sigue de pie, pero ya no sin costo.
Si la FGR halla elementos, el cálculo cambia rápidamente.
Mientras tanto, el riesgo político crece y Morena se reacomoda.
También hubo reclamos de trato preferencial a Andrea Chávez en presupuestos.
Por lo mismo, la bancada empujó reglas de transparencia y votación secreta.
Desde Morena, varias voces le dieron el “beneficio de la duda”.
A la par, Sheinbaum insistió en esperar a la FGR.
Entretanto, Adán niega una rebelión y presume normalidad operativa.
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