El asesinato de Carlos Manzo fue la culminación de una operación del CJNG: hubo un atentado fallido en gasolinera, castigos internos a sicarios y un ataque final en el Festival de las Velas en
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Según contó Omar García Harfuch, hubo un primer intento de matarlo el 30 de octubre, en una gasolinera, donde sicarios lo ubicaron, pero fallaron claramente.
Los agresores fotografiaron a Manzo y enviaron las imágenes a un chat, desde donde recibían órdenes siempre directas de los jefes de la célula criminal.
Al no concretar el ataque, varios sicarios fueron castigados con golpes y encierros. Aun así, mantuvieron la orden: el objetivo seguía siendo el presidente municipal.
Días después, durante el Festival de las Velas, el comando ejecutó el plan aprovechando la multitud nocturna y la vulnerabilidad del evento masivo en Uruapan.
El tirador principal, Víctor Manuel ‘N’, era un joven de diecisiete años reclutado por el CJNG, acompañado siempre por Fernando Josué ‘N’ y Ramiro ‘N’.
Tras el ataque, dos de esos acompañantes aparecieron ejecutados en una carretera Uruapan–Paracho. Así, el propio cártel borró posibles testigos incómodos de la emboscada mortal.
La investigación llevó a Jorge Armando ‘N’, alias ‘El Licenciado’, detenido en el centro de Morelia y señalado claramente como presunto autor intelectual del ataque.
Con los teléfonos asegurados, las autoridades hallaron el chat donde se coordinó el atentado fallido y el ataque que terminó con la vida del alcalde.
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En esos mensajes, además, los mandos exigían “ultimarlo a como diera lugar” y presionaban a los jóvenes sicarios para no desperdiciar una segunda oportunidad realmente.
Mientras tanto, el caso exhibe cómo el crimen organizado usa eventos masivos, halcones y chats encriptados para acercarse peligrosamente a figuras públicas, incluso con escoltas.
Además, el homicidio desató una fuerte crisis de seguridad en Michoacán y obligó al Gobierno federal a desplegar miles de elementos y operativos especiales urgentes.
Sin embargo, siguen abiertas preguntas incómodas: ¿por qué nadie detectó el intento previo?, ¿quién conocía a detalle los movimientos del grupo criminal alrededor de Uruapan?
Al final, el crimen contra Carlos Manzo exhibe la brutalidad del CJNG y las grietas institucionales que permiten que un alcalde caiga en plaza pública.
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