Mario Delgado enfrenta presiones por presuntos nexos con Sergio Carmona. Mientras tanto, en Palacio suenan movimientos: él resistiría Colima y empujaría a César Yáñez para 2027.
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Mario Delgado no tiene asegurado su lugar en el gabinete federal.
Además, su permanencia ha sido cuestionada desde el arranque del gobierno de Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, fuentes oficialistas confirman presiones para que deje Educación.
Asimismo, esto ocurre por sus presuntos vínculos con Sergio Carmona, el llamado “rey del huachicol”.
De hecho, en Washington se exigiría avanzar contra nexos políticos del crimen.
Por ello, el caso Delgado-Carmona vuelve incómodo en medio de la agenda bilateral.
Antes, Mario Delgado esperaba Gobernación por su rol en el triunfo de Morena.
No obstante, terminó en la SEP, un puesto con menos reflectores para sus ambiciones.
Ahora, en el oficialismo se le observa como opción para gobernador de Colima en 2027.
Así, la Presidencia reduciría tensión y, a la vez, le garantizaría una cuota de poder territorial.
En este contexto, la apuesta tendría lógica territorial y política.
Sin embargo, Delgado buscaría resistir la mudanza y recuperar espacio dentro del gabinete.
Por lo pronto, promovería a César Yáñez para Colima.
Además, Yáñez nació en el estado y mantiene vínculos políticos útiles para una candidatura competitiva.
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Por otro lado, Colima parece chico, pero Manzanillo pesa en seguridad nacional.
Así, el puerto es estratégico en rutas del fentanilo y en control de precursores químicos.
Con todo, definir Colima impacta la estrategia de Omar García Harfuch.
Finalmente, mover fichas ahí podría blindar logística y, además, ordenar la narrativa de gobernabilidad.
En suma, Delgado mide costos y beneficios.
Mientras tanto, Sheinbaum evalúa si Colima 2027 desactiva el ruido sin romper equilibrios internos.
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