En el mitin por su primer año de gobierno, Claudia Sheinbaum mostró nuevas prioridades: gobernadores al frente y los obradoristas del “primer piso de la 4T” en segundo plano.
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En el Zócalo, Claudia Sheinbaum celebró su primer año de gobierno con una postal política contundente. Gobernadores al frente; los viejos cuadros obradoristas, atrás.
Además, la primera fila estuvo reservada para mandatarios estatales, incluso de oposición. Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Andrés “Andy” López Beltrán quedaron detrás de las vallas.
Sin embargo, el reacomodo no fue casual. Fue el mensaje de una jefatura que ordena su tablero y que premia operación, no nostalgia.
Aun así, Monreal ironizó con un “nos encorralaron”. La frase conectó con la audiencia digital y revivió la memoria reciente del desaire de marzo.
Entonces, el grupo se “distraía” frente a las cámaras mientras llegaba Sheinbaum. Hoy, la anécdota pasa factura con centímetros de distancia y jerarquía.
Por ello, el gesto vale más que un discurso. La prioridad son los gobernadores, quienes controlan territorio, presupuesto y votos para 2027.
Mientras tanto, los obradoristas del llamado “primer piso de la 4T” fueron ubicados en filas posteriores. Y sí, fueron relegados a zonas para invitados.
En paralelo, Andy López Beltrán carga preguntas por su viaje a Tokio y la torpe defensa pública. Esa tensión también pesó en la foto final.
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No obstante, Luisa María Alcalde se movió entre flancos, sin reflector protagónico. La operación política permaneció, pero la tarima fue para otros.
Así, Claudia administra capital político con frialdad quirúrgica. Menos épica y más control, con el gabinete y los gobernadores como columna vertebral.
Además, el mensaje interno es claro: la lealtad se prueba en campo, no en selfies. La 4T se profesionaliza y ajusta el orden de prelación.
Por su parte, Adán Augusto y Monreal leerán el acomodo como invitación disciplinada. La plaza festeja; el partido toma nota.
En conclusión, el Zócalo dejó una imagen precisa: la presidenta manda, las prioridades cambian y el primer piso aprende el nuevo protocolo.
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