Tras la polémica por su viaje a Tokio y los resultados locales, la red de Andy López Beltrán mantiene posiciones estratégicas en trabajo, hacienda y programas sociales.
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El protagonismo de Andy López Beltrán creció con la polémica por su viaje a Tokio y los resultados en Durango y Veracruz, muy comentados recientemente.
Sin embargo, su influencia también destaca por una red de confianza que ocupa posiciones clave en el gobierno federal y la 4T desde años recientes.
Para empezar, Marath Baruch Bolaños fue nombrado titular de la STPS y ratificado nuevamente. Antes, coordinó Jóvenes Construyendo el Futuro y trabajó en la SRE.
Asimismo, Carlos Torres Rosas continúa como secretario técnico de la Presidencia y coordina Programas para el Bienestar, estructura esencial para la operación de apoyos sociales.
Además, Antonio Martínez Dagnino encabeza el SAT desde 2022. Previamente, dirigió Grandes Contribuyentes federal y es considerado uno de los cercanos al secretario de Organización.
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También aparece Daniel Asaf, hoy diputado federal y exjefe de la Ayudantía presidencial. Incluso fue visto en el mismo hotel durante el viaje a Japón.
Por otra parte, Paulina Moreno García dejó la Secretaría de Finanzas del Edomex. Versiones la acercan a la Tesorería de Pemex, promovida por grupos afines.
En conjunto, estos perfiles muestran continuidad administrativa y peso político alrededor de López Beltrán en áreas sensibles: trabajo, recaudación, programas sociales y coordinación presidencial federal.
Con todo, la permanencia de ese círculo no disipa críticas. Por el contrario, alimenta percepciones de influyentismo y aprovechamiento de cercanías familiares dentro del oficialismo.
No obstante, la ratificación de cuadros técnicos también ofrece señales de estabilidad para políticas laborales, recaudatorias y de bienestar, especialmente en un arranque sexenal exigente.
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Aun así, el costo reputacional es un riesgo. Porque cada ascenso ligado a amistades refuerza la narrativa de ventajas internas poco transparentes para la ciudadanía.
Por ello, la tarea para Andy será convertir lealtades en resultados. Es decir, menos controversia, más eficacia medible y coordinación política consistente a nivel nacional.
Así, el desempeño en entidades clave y programas insignia servirá como termómetro. De otra manera, la conversación pública seguirá concentrada en viajes y amistades influyentes.
En resumen, la red de Andy López Beltrán exhibe orden y tensión política. De su gestión dependerá que pese más la eficiencia o la crítica.
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