Annex, el proyecto de Andy López Beltrán, teje una red de propiedades de lujo en Tokio, Seattle, Venice Beach y CDMX. El contraste con la austeridad prende el debate.
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Esta nota se basa en la columna Historias de Reportero de Carlos Loret de Mola publicada en El Universal, diario mexicano.
El proyecto de Andy López Beltrán presume hospitalidad de ultralujo bajo Annex.
Además, promete experiencias curadas y una narrativa que mezcla diseño, historia y exclusividad.
Desde Tokio, la Kamimeguro Kominka vende descanso japonés estilizado.
Asimismo, su estreno coincidió con la visita de Andy y fue presentada como pieza inaugural del portafolio.
Luego, Seattle aparece con Harry’s Guest House, residencia íntima enlazada a gastronomía de vanguardia.
Por eso, el concepto ofrece sábanas suntuosas, cocinas completas y ambientes pensados al detalle.
En Los Ángeles, Annex suma dos propiedades en Venice Beach, epicentro hípster y carísimo.
Sin embargo, la ambición va más allá del glamour: tejer comunidad alrededor de espacios “memorables”.
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En la Ciudad de México, Annex presume varias direcciones.
De hecho, describen a Jardín Prim en la Juárez como clásico porfiriano convertido en referente contemporáneo.
Además, Annex presume ser una colección global de lugares únicos.
Además, figuran inmuebles en San Miguel Chapultepec y Roma Norte.
Así, el supuesto Airbnb del Bienestar toma forma con estética, marketing y amistades influyentes.
¿Quiénes están detrás? Diego Jiménez Labora y Seth Peterson convergen en la empresa.
Asimismo, el apellido Jiménez Labora resuena por cercanías, fotos públicas y contratos polémicos.
Según reportajes, familiares de Diego participaron en el malecón de Villahermosa y en el desmantelamiento del aeropuerto de Texcoco.
También, reportes mencionan proyectos del Tren Maya y Dos Bocas.
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Aun así, el expediente sobre huachicol fiscal en la Marina es visto como sombra persistente.
En varias páginas, aparecen conexiones que levantan cejas y alimentan sospechas públicas.
Con todo, el relato comercial de Annex luce impecable: “lugares basados en relaciones, historia y artesanía”.
No obstante, la opulencia choca con el discurso de austeridad republicana.
Por eso, la pregunta es inevitable: ¿turismo boutique con sello de amigos, o plataforma impulsada desde el poder?
En cualquier caso, el contraste ya detonó debate nacional.
Y mientras el catálogo crece, también crecen las dudas.
En consecuencia, la conversación pública exige transparencia, reglas claras y distancia saludable entre negocios privados y gobierno.
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