En un nuevo episodio de tensiones internas, Gerardo Fernández Noroña confrontó a Luisa María Alcalde por su llamado a evitar lujos en Morena, defendiendo la libertad de vivir acorde a ingresos personales.
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En Morena volvió a encenderse la polémica interna.
El senador Gerardo Fernández Noroña se opuso al llamado de Luisa María Alcalde, presidenta del partido, para evitar lujos entre militantes.
Alcalde había advertido que, aunque un dirigente pueda costear ciertos lujos, la imagen pública exige sobriedad.
Insistió en que los líderes deben predicar con el ejemplo de austeridad republicana.
El mensaje de Alcalde generó reacciones inmediatas.
Noroña, visiblemente molesto, grabó un video para expresar su desacuerdo y defender que la “decorosa medianía” debe medirse en función de los ingresos de cada persona.
Recordó que Benito Juárez hablaba de “justa medianía” conforme a ingresos propios.
Por ello, afirmó, es correcto adquirir lo que se pueda pagar legítimamente.
El senador consideró que restringir gastos personales abre espacio para ataques políticos.
Según él, la derecha aprovecharía ese discurso para acusar a Morena de contradicciones y exhibir cualquier muestra de opulencia.
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En su mensaje, Noroña ironizó sobre las críticas opositoras.
“Lo único que traen es: amantes de los lujos, contradicciones, se dicen austeros y no lo son”, dijo, antes de acusar a la derecha de vivir con privilegios.
No es la primera vez que Noroña marca distancia de figuras relevantes.
Semanas antes, afirmó que no es amigo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, comentario que sorprendió a la militancia.
También criticó la carta pública de José Ramón López Beltrán, hijo de AMLO, en defensa de su hermano “Andy” tras su polémico viaje a Japón.
La calificó como “malísima” y carente de contundencia política.
Además, reprochó que en un evento oficial no lo presentaran como presidente del Senado, sino solo como senador.
A su juicio, ese detalle minimiza su investidura y autoridad institucional.
Las palabras de Noroña ponen sobre la mesa un debate central para Morena.
¿Debe el partido imponer una austeridad estricta o permitir que cada dirigente gaste según su capacidad económica?
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Para Alcalde, la sobriedad es una estrategia política necesaria.
Argumenta que la percepción ciudadana influye directamente en la credibilidad del movimiento, sobre todo cuando la oposición busca cualquier resquicio para desacreditarlo.
Noroña, en cambio, sostiene que la austeridad debe interpretarse con flexibilidad.
Considera que, mientras los ingresos sean legítimos, no existe contradicción entre discurso y estilo de vida personal.
Esta confrontación refleja una tensión más amplia en la izquierda gobernante: equilibrar la narrativa de austeridad con las libertades individuales de sus dirigentes.
En tiempos de polarización, cada gesto público adquiere relevancia estratégica.
El desenlace de esta disputa podría influir en cómo Morena proyecta su imagen hacia 2027.
Si prevalece la postura de Alcalde, se endurecerán las reglas internas sobre apariencias y gastos.
Si gana el enfoque de Noroña, habrá mayor libertad personal, aunque con el riesgo de abrir flancos a la oposición.
En cualquier caso, el debate ya marcó un nuevo capítulo en la vida política del partido.
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