El PT desconfía de la encuesta promovida por Claudia Sheinbaum y asegura que su reforma electoral no será aprobada. La 4T enfrenta crecientes tensiones internas.

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El Partido del Trabajo (PT) encendió las alarmas al asegurar que la reforma electoral promovida por la presidenta Claudia Sheinbaum no logrará pasar en el Congreso. La desconfianza del partido aliado de la 4T se concentra en la encuesta que busca legitimar la iniciativa y en las implicaciones que podría tener en su fuerza política rumbo a 2027.

La presidenta, tras haber avanzado con la reforma judicial, intenta ahora cumplir otra de sus promesas de campaña. Su propuesta pretende modificar la distribución de los asientos legislativos y recortar el financiamiento público a los partidos políticos. Aunque la medida busca reducir gastos y fortalecer la representación directa, los partidos aliados interpretan la iniciativa como una amenaza.

En el PT consideran que la eliminación de las candidaturas plurinominales y la reducción de recursos públicos golpearían directamente su capacidad de influencia dentro de la coalición oficialista. Lo mismo ocurre con el Partido Verde, que depende en gran parte de estas disposiciones para mantener posiciones clave en el tablero legislativo.

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Por ello, algunos legisladores del PT no dudaron en advertir que aprobar esta reforma sería equivalente a “ponerse un arma en la cabeza”. Además, recalcaron que sin el respaldo de su bancada, Morena carece de los votos necesarios para alcanzar la mayoría calificada en ambas cámaras, mucho menos el aval de los 16 congresos locales requeridos.

El malestar aumentó por el tipo de encuesta que Sheinbaum pretende realizar a nivel nacional. Según el PT, la pregunta está diseñada para obtener respuestas favorables al eliminar matices relevantes. “¿Quién estaría en contra de reducir el financiamiento a los partidos?”, señalaron, advirtiendo que este mecanismo abre la puerta a intereses privados e incluso al crimen organizado en la política.

Los petistas también recuerdan un acuerdo previo con Morena, en el que se había establecido no impulsar nuevas modificaciones electorales después de aprobarse la prohibición de nepotismo y reelecciones. Con este antecedente, perciben que el giro de Sheinbaum representa un incumplimiento y una señal de desconfianza interna.

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El descontento no es exclusivo del PT. La líder del Partido Verde, Karen Castrejón, ya marcó distancia al afirmar que no entregarán un “cheque en blanco” a Morena para impulsar la iniciativa. La declaración evidenció que, pese a la unidad mostrada en otros temas, las fisuras dentro de la 4T se profundizan conforme se acerca el ciclo electoral intermedio.

Con este escenario, el camino de la reforma electoral se vuelve cada vez más empinado. La presidenta enfrenta un dilema político: mantener la cohesión de la alianza oficialista o arriesgarse a una ruptura que complique las elecciones de 2027. Lo cierto es que la encuesta nacional, lejos de resolver dudas, parece estar avivando tensiones que podrían pasar factura al proyecto de la Cuarta Transformación.

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