Claudia Sheinbaum encabezó su segundo desfile de la Revolución Mexicana en un Zócalo blindado, con ruta acortada, fuerte operativo y la marcha de Generación Z presionando desde las calles.
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En medio de un ambiente tenso, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó hoy su segundo desfile de la Revolución Mexicana en el Zócalo capitalino.
El acto cívico-militar conmemoró el 115 aniversario del inicio de la Revolución, pero se realizó bajo la sombra de las protestas de Generación Z.
Desde primera hora, la mandataria recorrió la plancha del Zócalo a bordo de un vehículo militar, acompañada por los titulares de Defensa y Marina.
Así, el gobierno buscó mandar un mensaje de normalidad, aunque afuera crecían las dudas por los choques del fin de semana pasado.
En esta edición, el desfile tuvo una ruta acortada hacia el Monumento a la Revolución, precisamente para evitar un posible encuentro con la marcha juvenil.
Además, se desplegó un fuerte operativo de seguridad y se aplicaron cortes viales en el Centro Histórico, lo que complicó la movilidad desde temprano.
Por ello, el Metro suspendió el servicio entre San Antonio Abad y Revolución en la Línea 2, como medida preventiva ante las movilizaciones.
Mientras tanto, los contingentes de Generación Z se concentraban en Paseo de la Reforma para exigir que no se criminalicen las protestas.
También reclamaban la liberación de los detenidos por los disturbios del sábado, así como garantías para manifestarse sin abuso policial.
Sin embargo, desde Palacio Nacional se insistió en que las movilizaciones deben mantenerse pacíficas y sin llamados a la violencia.
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En su discurso, Sheinbaum aprovechó para reivindicar el legado de la Revolución y presentarse como heredera de esas luchas sociales.
A la ceremonia asistieron integrantes del gabinete federal, la jefa de Gobierno Clara Brugada y el ministro presidente de la Suprema Corte, Hugo Aguilar.
Además, desfilaron contingentes militares, carros alegóricos históricos, agrupamientos ecuestres y representaciones de personajes revolucionarios.
Por otro lado, la coincidencia entre desfile y marchas confirmó que el conflicto político con este movimiento juvenil seguirá creciendo.
Al final, el gobierno presume que el desfile concluyó “sin novedad”, pero la disputa por las calles y el relato apenas comienza.
De hecho, lo que ocurra tras este 20 de noviembre marcará si el diálogo avanza o si se profundiza la confrontación en calles.
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