El exfiscal Alejandro Gertz Manero presiona por su embajada en Alemania y, según versiones, amenaza con filtrar expedientes incómodos para la 4T.
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Al exfiscal Alejandro Gertz Manero le urge su embajada en Alemania, pero el Senado lo dejó esperando.
La promesa del cargo dorado se enfrió y, según filtraciones, el enojo ya escaló a amenazas veladas.
En su círculo cuentan que la salida de Gertz no se decidió en Palacio, sino en Palenque, atada al affaire de Raúl Rocha Cantú y su testimonio incómodo.
Ahí habría pesado el caso Rocha Cantú, empresario convertido en testigo colaborador con información delicada sobre financiamiento electoral y negocios energéticos turbios.
La UIF le congeló cuentas y nadie sabe bien dónde está hoy Rocha: ¿sigue en México o ya salió discretamente?
Mientras tanto, la FGR cambió de manos en fast track: Ernestina Godoy, muy cercana a Claudia Sheinbaum, fue ratificada con mayoría cómoda en el Senado.
El mensaje es claro: a Gertz se le abre la puerta de salida, pero aún no le entregan la visa diplomática soñada.
Según versiones, como la publicada por La Política Online (LPO), el exfiscal ya contrató un publirrelacionista en Estados Unidos para “alimentar” a la prensa.
Traducción al castellano llano: Si lo dejan colgado, podría filtrar expedientes del sexenio pasado que incomoden a medio gabinete y a la cúpula guinda.
Así, la tan cacareada autonomía de la FGR queda reducida a moneda de cambio entre un funcionario herido y un gobierno que negocia daños.
Además, el relevo exprés con Godoy refuerza la sospecha: la prioridad no son las víctimas, sino blindar políticamente la transición del poder.
Si Gertz realmente guarda carpetas sensibles sobre Rocha Cantú, financiamiento electoral o capos extraditables, el chantaje cruzado puede terminar de estallar fuera de México.
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Porque, al final, Washington también lee estas guerras internas y sabe usar muy bien la información cuando le conviene.
Para la ciudadanía, el mensaje es devastador: la justicia no se mide en leyes, sino en quién controla los expedientes y a qué precio.
Hoy el exfiscal presiona por su embajada en Alemania y el gobierno juega al estira y afloja, pero nadie explica qué se negocia realmente.
En una democracia madura, los archivos de la FGR no deberían ser arma personal ni salvoconducto dorado para el retiro europeo de ningún funcionario.
Mientras tanto, seguimos sin respuestas básicas: ¿quién controla hoy la justicia, Godoy, Gertz o el despacho político de Palenque?
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