Las controversias en torno a Adán Augusto y Ricardo Monreal han debilitado sus liderazgos, abriendo paso a Marcelo Ebrard como figura clave en la estructura de Morena.
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Marcelo Ebrard ha capitalizado recientes crisis en Morena para avanzar políticamente. Mientras Adán Augusto y Ricardo Monreal enfrentan escándalos, Ebrard emergió con ventaja.
Primero, el caso Adán Augusto ha sido comparado con López Luna en el PRI, generando críticas internas. Asimismo, su secretario de Seguridad ha sido señalado por supuestos vínculos criminales, lo cual alimenta la polémica. Por otro lado, Monreal recientemente evocó su “muerte política” y dijo que entregará su estafeta, generando especulaciones.
De ese modo, la atención ha sido desviada de Ebrard. En contraste, su grupo ha mantenido disciplina y presencia institucional constante. Igualmente, su gestión económica ha tenido visibilidad ante amenazas arancelarias y se le ha reconocido por negociaciones exitosas con EE.UU.
Además, Claudia Sheinbaum lo integró a la Secretaría de Economía para neutralizar tensiones internas. Pese a ello, el equipo de Ebrard ha logrado posicionarse en diversos niveles de gobierno y con responsabilidades clave. Esto incluye a Malú Mícher, senadora; Emmanuel Reyes Carmona, ahora senador; Bertha Caraveo, y Daniel Sibaja.
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Se ha informado que Luisa María Alcalde estaría buscando reducir el peso político de Monreal y Adán Augusto. En su lugar, se favorecería la estructura de Ebrard durante la creación de más de 71 500 comités seccionales que fueron anunciados recientemente.
El consejero nacional Hamlet Almaguer ha sido designado para participar activamente en ese proyecto. Cabe destacar que Almaguer hizo campaña en 2024 contra Sheinbaum y a favor de Ebrard. Por lo tanto, su papel es estratégico y simbólico para consolidar la influencia del grupo ebrardista.
En efecto, la crisis de los liderazgos parlamentarios ha sido aprovechada. Adán y Monreal han quedado en entredicho, mientras Ebrard ha sido proyectado como figura institucional eficaz y como administrador confiable. Él ha gestionado eficientemente la resolución arancelaria reciente, lo que ha reforzado su perfil.
Por otra parte, su lealtad a la mandataria es destacada, marcando distancia con tiempos de confrontación durante la sucesión interna de Morena. Eso ha generado consenso entre distintos grupos del partido y entre simpatizantes. Así, su estructura política se ha fortalecido.
En consecuencia, se prevé que Ebrard consolidará su capacidad operativa en Morena. A largo plazo, su grupo podría dominar la organización territorial y ejercer influencia en decisiones clave del partido. Incluso, se ha afirmado que ha recibido apoyos importantes para el despliegue de redes locales.
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Asimismo, los escándalos de Adán y Monreal han sido explotados por la oposición. No obstante, han servido también para que figuras internas ganen terreno, particularmente Ebrard. Así, se ha revertido la atención hacia una figura menos afectada por controversias.
Finalmente, Ebrard ha logrado emerger como actor central en Morena. Se ha colocado lejos del foco negativo que envuelve a otros liderazgos. Además, su grupo ha sido beneficiado con espacios institucionales y operativos. Por consiguiente, su peso político ha sido fortalecido dentro del partido.
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