Donald Trump volvió a amenazar a México con aranceles del 5 % si no entrega más agua del Tratado de 1944. Mientras tanto, Sheinbaum responde levantando un muro arancelario contra Asia. El discurso presume soberanía, pero el costo real lo pagará el ciudadano común.
Editorial | Política
Noticias
Política Gurú
Donald Trump volvió a hacer lo que mejor sabe: usar los aranceles como pistola sobre la mesa. Ahora amenaza con un 5 % extra a las exportaciones mexicanas si México no entrega más agua bajo el Tratado de Aguas de 1944.
La presidenta Claudia Sheinbaum responde con diplomacia a la defensiva. Reconoce que México ha tenido dificultades para cumplir el tratado por sequía y sobreexplotación, y promete un acuerdo que no deje sin líquido a agricultores ni a consumo humano. Pero otra vez vamos corriendo detrás de la crisis, no delante de ella.
El problema no nació ayer. Durante años, gobiernos de la 4T presumieron “soberanía” mientras toleraban un manejo opaco del agua y postergaban inversiones en infraestructura. Hoy, esa improvisación se paga con una disputa binacional donde el vecino del norte dicta el ritmo y la narrativa.

Al mismo tiempo, el Congreso mexicano aprobó un auténtico “muro arancelario” contra productos de China y otros países asiáticos sin tratado comercial con México. Se modifican alrededor de 1,463 fracciones arancelarias, con cuotas de entre un 5 % y un 50 % para textiles, calzado, autopartes, electrónicos y más.
En teoría, esto defiende a la industria nacional. En la práctica, el timing huele a mensaje político para Washington antes de la revisión del T-MEC. Es como decirle a Trump: “No somos la puerta trasera de Beijing, estamos alineados con tu batalla contra China”. Pero el costo lo pagará el consumidor mexicano.
Porque cuando suben los aranceles, suben los precios. Calzado, ropa, electrónicos, electrodomésticos y hasta autopartes se encarecerán. Tal vez algunas fábricas se protejan, pero millones de familias verán cómo se estira cada vez menos el salario para llenar el carrito del súper.
Síguenos en Pinterest para mantenerte siempre informado.
Mientras tanto, el gobierno intenta cambiar el encuadre con programas sociales. En Michoacán, la Beca Gertrudis Bocanegra, de 1,900 pesos bimestrales para universitarios, se vende como parte del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia. El apoyo al transporte es real, pero no compensa el golpe de la inflación importada ni los riesgos de una crisis diplomática mal manejada.
El patrón es claro. México presume soberanía en el micrófono, pero ajusta su ley arancelaria y su política hídrica mirando de reojo a la Casa Blanca. Cada vez que Trump entra en campaña permanente, la agenda mexicana se vuelve reactiva, corta de miras y obsesionada con “evitar el golpe”, no con construir una estrategia de Estado.
Si no pasamos de los parches técnicos y los programas clientelares a una política seria de agua, comercio y desarrollo regional, seguiremos negociando el futuro del país al ritmo de los próximos caprichos electorales en Washington.

Be the first to comment on "Trump aprieta con el agua y Sheinbaum responde con aranceles: el costo lo pagarás tú"