En la más reciente Conferencia del Pueblo, Sheinbaum intentó contener la polémica: negó que haya carpetas contra transportistas por los bloqueos, empujó su agenda feminista y fijó postura frente a Perú por el asilo a Betssy Chávez.
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En la Conferencia del Pueblo de hoy, Claudia Sheinbaum salió a corregir a Rosa Icela Rodríguez y a calmar a los transportistas inconformes.
Reconoció que cerrar carreteras es un delito, sí, pero insistió en que su gobierno no perseguirá a quienes se manifiesten pacíficamente en los bloqueos.
Según la presidenta, las declaraciones de la secretaria de Gobernación sobre supuestas carpetas de investigación contra líderes del movimiento simplemente “se malinterpretaron”.
Con este matiz, el mensaje oficial busca bajar la tensión con ganaderos y transportistas, a quienes el gobierno antes vinculó con la oposición.
Al mismo tiempo, Sheinbaum presume mesas de diálogo sobre seguridad y la polémica Ley General de Aguas, otro frente abierto de conflicto nacional.
El discurso suena conciliador, pero deja dudas: si hay diálogo, ¿por qué crecen los bloqueos y el enojo en las carreteras del país?
Con este equilibrio entre mano dura legal y promesa de no persecución, el gobierno intenta mostrarse firme, dialogante y empático a la vez.
En otro tramo, la presidenta retomó el tema de la igualdad salarial entre hombres y mujeres, una de sus banderas políticas centrales.
Recordó que la Constitución ya consagra el principio “trabajo igual, salario igual”, y subrayó que hoy es un derecho constitucional plenamente exigible.
Insistió en que cualquier mujer que reciba menos salario por la misma función puede denunciar, y que la Secretaría del Trabajo debe intervenir.
Sin embargo, reconoció que la brecha salarial de género sigue viva en la práctica, pese a reformas, programas y constantes discursos oficiales de igualdad.
Aun así, muchas trabajadoras siguen sin conocer estos derechos, por lo que persisten casos normalizados de salarios menores y condiciones precarias.
De cara al 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Sheinbaum aprovechó la tribuna para llamar a marchas pacíficas.
Dijo que las protestas pacíficas “convencen más” y pidió seguir el ejemplo de Gandhi y Nelson Mandela, para evitar acciones que generen rechazo social.
El mensaje llega mientras se blindan monumentos y edificios públicos, porque el propio gobierno espera actos vandálicos, aunque pida calma y protesta “ejemplar”.
Junto con el discurso, el gobierno presentó un paquete de acciones contra la violencia hacia las mujeres y el abuso sexual.
Desde la Secretaría de las Mujeres se explicó la iniciativa para homologar el delito de abuso sexual en todo el país y endurecer sanciones.
El planteamiento define abuso sexual como tocamientos, roces, exhibiciones o representaciones sexuales sin consentimiento, y propone penas de tres a siete años de prisión.
Además, la propuesta incluye multas económicas, servicio comunitario y talleres reeducativos con perspectiva de género para obligar a agresores a procesos de no repetición.
Al mismo tiempo, los gobernadores de los 32 estados ofrecieron firmar un acuerdo nacional para “defender a las mujeres” y armonizar sus códigos penales.
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En paralelo, se anunciaron 16 días de activismo con cartillas de derechos, murales, caminatas, conferencias y campañas digitales sobre movilidad y espacios seguros.
Suena ambicioso, pero el reto será medir resultados reales en denuncias, sentencias y protección efectiva, más allá de los eventos y las fotos oficiales.
En la parte internacional, la Conferencia del Pueblo abordó la crisis con Perú por el asilo a Betssy Chávez en la embajada mexicana.
Sheinbaum advirtió que cualquier intento de ingresar a la sede diplomática sería una violación a la soberanía y al derecho de asilo reconocido internacionalmente.
El mensaje endurece el tono, pero busca mostrarse firme sin romper con la narrativa de respeto al derecho internacional que presume el gobierno mexicano.
Finalmente, la presidenta negó que su gobierno haya “comprado” el triunfo de Fátima Bosch en Miss Universo, pese a los contratos vinculados a Pemex.
Pidió “no hacer caso” a esas versiones, las calificó de falsas y atribuyó los señalamientos a la “desesperación” de sus adversarios políticos en redes.
Así, la mañanera de hoy mezcla control de daños por los bloqueos, agenda feminista, activismo simbólico y diplomacia tensa, todo bajo el sello oficialista.
El desafío para Claudia Sheinbaum será convertir estos anuncios en cambios tangibles, porque sin resultados, la Conferencia del Pueblo corre riesgo de volverse puro espectáculo.
Mientras tanto, la oposición y las organizaciones ciudadanas seguirán midiendo cada promesa con datos, no solo con frases pulidas en Palacio Nacional.
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