Sedena asume control total de seguridad en Sinaloa; Rocha interpreta señales de repliegue del cártel de “Los Chapitos”

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La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) consolidó esta semana su presencia en Sinaloa al asumir el control de la policía municipal de Culiacán.

Con este movimiento, el gobierno federal quitó a Rubén Rocha Moya el último bastión de seguridad que aún dirigía directamente su administración estatal.

La designación de un militar al frente de la corporación culiacanense se alinea con la llegada del general Óscar Rentería como secretario de Seguridad Estatal desde diciembre pasado.

Rentería actúa con independencia total del gobernador. Informa únicamente al general Ricardo Trevilla y al secretario Omar García Harfuch, excluyendo a Rocha del circuito operativo.

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Desde la óptica de la federación, el mandatario sinaloense representa parte del conflicto que se intenta resolver sin éxito: los niveles de violencia siguen alarmantes.

El Ejército identifica a la policía de Culiacán como una fuerza con presuntos vínculos históricos con “Los Chapitos”, facción del Cártel de Sinaloa.

Por ello, el nuevo mando castrense busca desarticular esas posibles complicidades, lo que es visto por Rocha como señal de que el grupo criminal retrocede.

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Este proceso coincide con la inminente comparecencia de Ovidio Guzmán en Estados Unidos, donde podría avanzar en su acuerdo judicial.

En paralelo, el ala del cártel ligada a Ismael “El Mayo” Zambada ganaría terreno, complicando aún más las maniobras de Rocha rumbo a su sucesión.

El gobernador, cada vez más cercano al Partido Verde, ha instruido a alcaldes morenistas recibir a sus líderes estatales.

Existe la posibilidad de que, si Morena bloquea al senador Enrique Insunza, el Verde sea la vía alterna para asegurar la continuidad del proyecto de Rocha.

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