En la última Conferencia del Pueblo, Claudia Sheinbaum defendió a Grecia Quiroz frente a Gerardo Fernández Noroña, justificó su propuesta de Ley de Aguas, criticó al PAN por denunciar en Washington la marcha de la Generación Z y presumió la futura supercomputadora Coatlicue, mientras el país sigue marcado por bloqueos, enojo social y dudas sobre su proyecto.
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En la más reciente Conferencia del Pueblo, Claudia Sheinbaum mezcló mensaje de consuelo, regaños internos y golpes a la oposición desde Palacio Nacional.
Esta vez, la presidenta salió en defensa de Grecia Quiroz, viuda de Carlos Manzo y hoy alcaldesa de Uruapan, tras el asesinato del morenista.
Ante las críticas de Gerardo Fernández Noroña, quien insinuó que a Grecia “se le despertó la ambición”, Sheinbaum le jaló las orejas en público.
Dijo que, antes de hablar de candidaturas, hay que recordar que Grecia Quiroz “acaba de perder a su esposo” y vive un duelo complicado.
Además, insistió en que habrá otros momentos para discutir proyectos políticos y que hoy corresponde priorizar la empatía y el respeto.
Con ese mensaje, Sheinbaum también manda una señal hacia dentro de Morena: las disputas internas no deben desbordarse sobre las víctimas.
Sin embargo, el caso revela tensiones reales en el partido, donde el control del Michoacán de mañana ya se discute desde hoy.
Después del tema Manzo, la presidenta pasó al conflicto con campesinos y transportistas, que han bloqueado carreteras en buena parte del país.
Explicó que la Secretaría de Gobernación, encabezada por Rosa Icela Rodríguez, ha instalado mesas de diálogo para atender el pliego de demandas.
Según Sheinbaum, el gobierno solo puede comprometerse con demandas legítimas y no con peticiones que resulten imposibles de cumplir en la práctica.
Además, cuestionó los bloqueos, porque —dice— existe una mesa abierta y hay canales para discutir la polémica Ley de Aguas.
La presidenta sugirió que algunos cierres de carreteras tienen más bien un interés político o buscan defender antiguos privilegios hídricos.
Mientras tanto, los agricultores temen perder control sobre concesiones históricas y desconfían de que el gobierno cumpla lo prometido en el campo.
Sobre la iniciativa de Ley de Aguas, la administración insiste en que el binomio tierra-agua seguirá garantizado para quienes producen realmente.
Además, afirma que se podrán heredar derechos de agua, que se respetarán las concesiones existentes y que se combatirá el acaparamiento sin uso.
La idea oficial es que con mayor eficiencia y tecnificación del riego, el Estado recupere el manejo del agua en beneficio del pueblo.
Sin embargo, productores y organizaciones rurales temen que la reforma termine concentrando poder en el gobierno y castigando a los más pequeños.
En otro frente, Sheinbaum se lanzó contra el PAN por llevar a Washington una denuncia por presunta represión en la marcha de la Generación Z.
Preguntó por qué los panistas no presentan sus quejas en México, “como si aquí no hubiera medios de comunicación ni libertades”.
Además, recordó que la oposición tiene micrófono todos los días y acusó al PAN de intentar hacer política apoyándose en el gobierno estadounidense.
El pleito por la Generación Z sigue abierto: el gobierno niega represión, mientras jóvenes y opositores hablan de criminalización de la protesta.
Al mismo tiempo, la presidenta quiso mandar un mensaje internacional distinto al reunirse con Xiomara Castro, presidenta de Honduras.
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Sheinbaum destacó que México ampliará programas como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro hacia Centroamérica, como parte de su agenda regional.
Además, dijo que su homóloga hondureña le expresó preocupación por que en su país se respete la voluntad popular y no haya injerencias externas.
Con ello, Sheinbaum busca proyectarse como líder progresista en la región, mientras enfrenta protestas internas y un clima político tenso.
El momento aspiracional de la conferencia llegó con la presentación de Coatlicue, la supercomputadora pública que promete ser la más poderosa de América Latina.
Según el gobierno, esta máquina procesará enormes cantidades de datos para investigación científica, clima, seguridad, salud y planeación económica.
Además, la inversión millonaria en Coatlicue se vende como un salto hacia la soberanía tecnológica y el desarrollo de inteligencia artificial mexicana.
La gran pregunta es si ese impulso tecnológico vendrá acompañado de soluciones reales para el campo, la seguridad y los jóvenes inconformes.
Al cierre, Conagua volvió a detallar que la Ley de Aguas pretende evitar el acaparamiento y recuperar el control público de los recursos hídricos.
El discurso oficial promete que nadie perderá derechos legítimos, pero que ya no será posible guardar concesiones sin usarlas ni rendir cuentas.
En resumen, la Conferencia del Pueblo dejó una postal clara: Sheinbaum pide sensibilidad para las víctimas, presiona a aliados incómodos y confronta a la oposición.
Mientras tanto, el país mira los bloqueos, la ley del agua y la protesta juvenil, preguntándose si el gobierno escucha de verdad o solo administra la narrativa.
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