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La violencia de los grupos criminales en Veracruz continúa dejando huella. La taxista y maestra jubilada Irma Hernández Cruz, de 62 años, fue asesinada como ejemplo de la extorsión que acecha a la región.
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El 18 de julio, Irma fue secuestrada por un grupo armado en Álamo Temapache, Veracruz, donde fue forzada a grabar un mensaje dirigido a la población. En el video, instó a otros taxistas a pagar las extorsiones a la «mafia veracruzana», advirtiendo de las consecuencias para quienes se resistan a ceder ante la presión criminal. En su mensaje, dejó claro: «Con la mafia no se juega».
El secuestro ocurrió frente al Mercado Municipal, en plena luz del día, frente a testigos aterrados. Posteriormente, el cuerpo de Irma fue encontrado a 40 kilómetros de Tuxpan. Las autoridades aún investigan, pero la amenaza de «plata o plomo» ha llegado a más sectores: taxistas, comerciantes y empresarios han denunciado extorsiones en la zona.
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La gobernadora Rocío Nahle ha declarado que, por razones de seguridad, se mantiene la confidencialidad sobre los detalles de la investigación, aunque asegura que ya está judicializada. El grupo criminal señalado, «La Mafia Veracruzana», es conocido por su control en varias áreas de Veracruz y se ha vinculado con células del Cártel del Golfo desde 2017.
Este trágico caso resalta la creciente impunidad de los grupos criminales que operan sin freno en la región, lo que ha transformado el municipio en un lugar de miedo y silencio.
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