Trump impulsa ola de odio racial y persecución contra minorías en EE. UU.

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La segunda presidencia de Donald Trump ha traído consigo un preocupante aumento de la persecución a minorías. Con la firma de la orden ejecutiva 14098, el Gobierno reactivó y amplió los operativos migratorios en todo el país. Más de 123 mil personas han sido detenidas en redadas realizadas en al menos 32 estados.

Aunque Trump ha argumentado motivos de seguridad, un 73 % de los arrestados no tiene antecedentes penales. Además, un 42 % fue interceptado en espacios considerados seguros como escuelas, hospitales e iglesias. Estas acciones han sido duramente cuestionadas por organismos civiles, que las consideran actos de represión.

La retórica del presidente ha contribuido a normalizar discursos de odio. Frases como “recuperar nuestras calles de criminales disfrazados de refugiados” refuerzan estigmas contra comunidades migrantes. A esto se suman declaraciones de funcionarios, como la secretaria de Seguridad, Kristi Noem, quien celebró públicamente redadas en redes sociales.

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Organizaciones supremacistas, como el Ku Klux Klan y los Proud Boys, han crecido en número y actividad. Según el Southern Poverty Law Center, el KKK ha aumentado sus miembros en un 25 % desde la reelección de Trump.

La violencia verbal y física también ha afectado a ciudadanos latinos. Casos de despidos, agresiones y humillaciones públicas han sido documentados en varios estados. Grupos extremistas como QAnon y los Oath Keepers también han intensificado su presencia y reclutamiento.

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Frente a esta ola de odio, diversas organizaciones han impulsado campañas de defensa legal y movilización social. La ACLU, SPLC y ADL lideran esfuerzos en tribunales y plataformas digitales.

La socióloga Cecilia Castañeda advierte que la sociedad debe resistir activamente este clima. “No es solo política, es una cuestión de derechos humanos”, enfatizó.

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